La Importancia de Conocer Nuestro Tipo de Cutis


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Hola chicas, volviendo al tema de mi post anterior 10 Pasos Para Aprender A Cuidar Tu Cutis, esta vez les hablaré de la importancia del primer paso. Ya sabemos que el primer paso para obtener una piel hermosa es conocer el tipo de piel de nuestro cutis, sabiendo esto podemos empezar una rutina diaria para su cuidado, ya que los diferentes tipos de cutis necesitan un régimen de cuidados especiales con los diversos productos específicos del mercado.

Existen tantos productos de belleza para el cuidado de la piel que se hace casi imposible elegir los adecuados si no conocemos nuestro tipo de piel, además si elegimos un producto erróneamente y hacemos un uso prolongado de este podemos correr el riesgo de dañar nuestra piel, agravar alguna lesión, aumentar el acné o incluso hacer que tu piel tenga un aspecto más envejecido y sin vida. Conociendo nuestro tipo de piel del rostro, le daremos el tratamiento adecuado para mantener su salud y belleza.

Es importante saber que nuestra piel cambia en el transcurso de los años, ya sea por la edad o por verse afectada por diversos factores como los cambios hormonales, estrés, excesivo sol, el clima o la contaminación ambiental. Nuestros hábitos y estilo de vida también pueden influenciar en un rápido deterioro del aspecto de nuestro cutis como el fumar o no llevar una dieta balanceada. Por esta razón es bueno evaluar periódicamente la piel de nuestro rostro y si es necesario, cambiar los productos de belleza que usamos a medida que pasan los años.

Determinantemente es primordial saber el tipo de cutis que tenemos para poder utilizar los productos de belleza correctos, ya que estos pueden prevenir y curar antiguas lesiones, ayudando a mejorar la apariencia y salud de nuestro cutis. A continuación puedes leer algunas características de los diferentes tipos de cutis, espero puedas identificar el tuyo:

 

Piel Normal

Este tipo de piel se caracteriza por tener un aspecto liso, compacto, sólido, fino, de apariencia tersa, aterciopelada y es suave al tacto. Presenta un color homogéneo gracias a una normal circulación sanguínea. En este tipo de piel las funciones biológicas son normales y equilibradas (glándulas sudoríparas, sebáceas, respiración de la piel y metabolismo). Gracias a que las funciones de la piel normal tienen equilibrio, presenta una ligera película de grasa en la superficie y buena hidratación, sin ser demasiado grasa ni seca. Los poros son diminutos y casi no son visibles, son cerrados y esto evita la acumulación de impurezas, formación de espinillas y puntos negros. Este tipo de piel generalmente no presenta manchas, descamación o caspa cutánea, lesiones, ni sensación de tirantez. Generalmente este tipo de piel es más frecuente en los niños y en personas muy jóvenes, ya que esta piel no ha sufrido el ataque de factores externos ni internos, debido a que con el tiempo el organismo cambia frecuentemente. Además la piel normal por ser lisa y equilibrada se ve radiante a simple vista ya que refleja la luz con uniformidad.

 

Piel Grasa

La piel grasa presenta un brillo excesivo a simple vista y es aceitosa al tacto, visiblemente tiene los poros abiertos, debido al exceso de grasa o sebo estos poros tienden a obstruirse generándose así las espinillas, puntos negros, puntos blancos o bultos de grasa. Los problemas de este tipo de piel se deben a que existe un desequilibrio en las funciones biológicas de la piel, ya que tiene las glándulas sebáceas sobreestimuladas, por esto se agrandan y producen más sebo o grasa de lo normal.  Este tipo de piel es propensa a sufrir de acné, además el exceso de grasa en la piel atrae la suciedad y el polvo del medio ambiente dificultando su cuidado. Los adolescentes pueden sufrir de este tipo de piel por un desequilibrio hormonal y por un exceso de producción de sebo del cuerpo. La piel grasa se divide generalmente en tres grados: el primero se presenta más aceitoso con espinillas en la zona central, en el segundo grado se recrudecen las afecciones del primer grado y también se implican las zonas laterales del rostro, el tercer grado es el más problemático, a esta piel se le considera asfíctica y generalmente presenta dermatitis seborreica. La piel grasa puede dividirse en tipos que generalmente denotan el estado de la piel como seborreica, deshidratada y asfíctica. Éste tipo de piel no adhiere bien el maquillaje, ya que la grasa forma una película que no permite la correcta fijación de los productos cosméticos. Por lo que se recomienda utilizar correctores y bases indicadas para éste tipo de cutis. Pero no todo es malo con este tipo de cutis ya que esta piel es más gruesa y es más resistente a los factores ambientales, envejece más lentamente y tiene menor propensión a las arrugas.

 

Piel Mixta

En este tipo de piel es donde conocemos la famosa zona T que consiste en tener la zona de la frente, la nariz y la barbilla grasa y visiblemente brillante, mientras que la parte exterior de las mejillas, alrededor de los ojos, y la piel del cuello puede ser normal a seca. Al cutis mixto se le puede considerar una subclase de la piel grasa. La piel mixta puede ser afectada por factores internos y externos, por esto puede variar entre más grasa o más seca. En el cutis mixto, dependiendo de la circulación sanguínea, existen zonas en las que las glándulas sebáceas producen más grasa y también algunas en las que sucede lo contrario. Si el cutis mixto tiene tendencia a seco, presenta descamación en los pómulos y la sien, si tiene tendencia a grasa se presenta mayor brillo, poros dilatados y espinillas. En la zona del rostro con tendencia a seca, la piel es más fina y los poros no están abiertos y no suele haber espinillas, como cuando tiene tendencia a grasa. El cutis cambia a través de los años y el cutis graso de la adolescencia puede derivar a un cutis mixto en la mayoría de edad. Es necesario encontrar los cuidados adecuados para este tipo de piel para retardar su envejecimiento.

 

Piel Seca

Es una piel muy fina, de poros muy finos, áspera, opaca, con una tendencia a hacer escamas, no tiene elasticidad, se irrita fácilmente y da una sensación de tirantez. Es una piel muy propensa a las arrugas y líneas de expresión, si no se tienen los cuidados adecuados para este tipo de piel, este cutis envejece más rápido que la piel normal o grasa. Existe un desequilibrio entre la humedad y la grasa de la piel, La piel seca no logra retener la humedad y también existe una insuficiente producción de sebo por las glándulas sebáceas. Generalmente los problemas con esta piel aumentan en climas fríos que tienden a resecar aún más el cutis. Visiblemente tiene arrugas en la parte superior de los labios, las famosas patas de gallo y bolsas debajo de los ojos. No tiene brillo, puede presentar problemas de fragilidad capilar e irritación de la piel en zonas localizadas. El sol y los cambios en el medio ambiente no la favorecen, en algunos casos por la resequedad, la piel seca se ve ajada o cuarteada. Los factores que pueden provocar esta resequedad pueden ser el viento, el aire acondicionado, la calefacción, el uso excesivo de productos de limpieza y cosméticos inadecuados. Otros factores pueden ser hereditarios, alimenticios y el factor más importante es el envejecimiento. Lo bueno de la piel seca es que no sufre de los problemas que causa el acné.

 

Piel Sensible

 A la piel sensible no podemos llamarla necesariamente un tipo sino una condición que la puede tener el cutis graso, el cutis seco, el cutis normal o mixto. Este cutis reacciona exageradamente a cambios del medio ambiente como temperatura, excesivo sol y la contaminación ambiental, reacciona también a cambios emocionales como el estrés, llegando a presentar enrojecimiento o salpullido. También puede producirse sensibilidad en el cutis por el uso de productos de limpieza, cremas de belleza y productos cosméticos. La piel sensible al ser más frágil tiene la barrera cutánea deficiente, por este motivo se deshidrata con facilidad y al recibir un agente irritante presenta enrojecimiento, esta inflamación a la larga produce un envejecimiento prematuro de la piel. La piel sensible es propensa a sufrir de alergias, estos brotes muchas veces desaparecen rápidamente. Los cambios hormonales también pueden producir más sensibilidad pero esto suele ser pasajero. Lo mejor en este tipo de piel es encontrar los productos cosméticos y de belleza adecuados, ya que hasta el uso prolongado de un producto puede generar sensibilidad.



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